Resulta curioso saber que la leyenda de Sweeney Todd, el barbero diabólico de la calle Fleet en Londres, de la que según cuentan algunos está basada en hechos reales (cosa que nunca se ha demostrado), tiene una historia hermana en Valencia, solo que esta última sí que está documentada, aunque no del todo demostrada.
La historia del barbero inglés que asesinó a decenas de clientes y que después hacía pasteles de carne con los asesinados, gracias a su compañera panadera, tiene ubicación en Valencia, al menos para imaginarnos donde pudo ocurrir, gracias a un curioso dietario que fue rescatado por don Rafael Solaz Albert.
Llamado, o conocido, como el “barbero diabólico del carrer dels Manyans”, se sabe de su existencia gracias a los datos que y anotaciones que se han podido recuperar.

Para demostrar que estos hechos “ocurrieron” y que no se quedan en una simple leyenda (al menos podemos decir que están registrados), debemos recurrir a un dietario del siglo XIX. En el estudio y transcripción de Rafael Solaz Albert del dietario de Pablo Carsí y Gil (“Cosas particulares, usos y costumbres de la ciudad de Valencia, 1800-1873”), se puede encontrar la referencia que deja el autor, Carsí, sobre un hecho que pudo ocurrir en el Cap i Casal, donde al final de la mención hace referencia el dietario como “Esto fue un hecho verdadero”.
También podéis encontrar esta referencia en el libro de “La Valencia del más allá” de Rafael Solaz Albert.
“. . .En la calle de Serrageros, entrando por la de San Vicente, a la derecha, sobre la metad de la calle, hay como un corral que tiene puerta a la calle, entrando por allí se sale a una taberna que hay en la calle de la Pellería que todo forma una casa. Ensima de esta puerta hay trescabesas de piedra de hombre de las que se cuenta que en otros tiempos había una barbería, y que a los que entraban a afaytarse los mataban y rovaban, y otros añaden que en la otra casa avia una pastelería, y metían en los pasteles carne umana de los que mataban. Esto fue un hecho verdadero. . .”
De aquella construcción que habla Carsí no queda prácticamente nada, ni la taberna, ni la barbería, ni el corral, y mucho menos la casa con “tres cabezas en la puerta”.
Para más inri, cabría añadir que cerca de la localización de la antigua y tétrica barbería estaría, junto a ella, el desaparecido cementerio de San Martín, aquel que fue traspasado en nueve transacciones en 1805 y 1806, y que se situaba a la izquierda entrando por San Vicente, tal y como hemos podido consultar en un estudio de la Universitat de València.
El motivo de la desaparición de este cementerio o de tantos otros ubicados en la ciudad de Valencia, como bien sabréis, fue la Real Orden expedida por el Carlos III un 3 de Abril de 1787, que por así decirlo “desterraba los cementerios extramuros de la ciudad” o “…fuera de las poblaciones siempre que no hubiere dificultad invencible o grandes anchuras dentro de ellas, en sitios ventilados e inmediatos a las Parroquias y distantes de las casas de los vecinos y se aprovecharán para capillas de los mismos cementerios las ermitas que existan fuera de los pueblos”.
El hecho de la localización, en un corral cercano al desaparecido cementerio de San Martín, añade, aún más, que la historia sea totalmente tétrica en su conjunto, sin olvidarnos de la mención que hace Carsí a que en una casa cercana había “. . .una pastelería, y metían en los pasteles carne humana de los que mataban. Esto fue un hecho verdadero. . .”
Cabe recordar que hoy la calle Cerrajeros está rotulada como carrer dels Manyans (cerrajeros en valenciano), y que la calle de la Pellería es la actual calle de los Derechos. Para afirmar esto último nos vamos a uno de los blogs más conocidos de Valencia, calleshistoricasdevalencia.blogspot.com.es.
“. . .El tramo comprendido entre la C/ Trench y la C/ san Vicente Mártir se denominó C/ PELLERIA por residir en ella els pellers, comerciantes que compraban ropa usada y la aprovechaban para convertir en cosas nuevas las ropas viejas. Esta voz corresponde a la castellana Ropero, que por tratar con ropas viejas se les llamaba ropavejero, nombre que también se ha conocido en Valencia como ropaveller. Para evitar que se consumiera por ellos ropa robada, estaba ordenado que la ropa que comprasen habían de tenerla expuesta colgada de una percha por espacio de diez días. Estos gremistas se trasladaron en 1409 a las inmediaciones del Convento de Magdalenas, a una calle que se llamó san Cristóbal de los Roperos.
Al ser abandonada la calle por estos artesanos se fue conociendo como C/ PELLERIA VELLA. Por un acuerdo municipal de 26 de abril de 1882 esta C/ Pelleria Vella pasó a considerarse como C/ Derechos siendo suprimido del nomenclator este antiguo rótulo. . .”
Como curiosidad, y considerando que Carsí situa la historia del barbero de la calle Manyans en el primer tercio del siglo XIX, hemos de decir que en la “Guía de Naturales y Forasteros de Valencia del año 1828” hemos encontrado lo que pareció ser una “carnicería” cercana, algo curioso, además, si tenemos en cuenta lo de “a cualquier hora de la noche”. Esto, claro está, es pura especulación y coincidencia, pero resulta cuanto menos llamativo.